domingo, 5 de agosto de 2007

Cuestión de perspectiva


Al verlas a todas juntas, cualquiera díria que las hormigas de verdad disfrutan completamente sus actividades. Se les veía como ordenadamente cortaban una hoja por ahí, una ramita por allá, y con el mismo orden militar regresaban a su casa para alimentar a las crías que las sustituirían en la interminable labor.
Era pues, un día ordinario en la interminable labor de una hormiga más, cuando mientras se acercaba al extremo de una hoja para comenzar la labor de triturarla y llevarla a casa, esta se encontró con una catarina que se posaba solitaria en esa hoja.
-Que haces aquí? Por qué no estás con tu grupo? –preguntaba asombrada la hormiga.
-Grupo? No tengo un grupo… - respondió la catarina sin quitar la vista del horizonte
-No tienes grupo? Y que haces aquí sin un grupo?
-Disfruto la vista – respondió con un suspiro la catarina.
-Que rara eres! Si fueras como nosotras harías algo y no estarías sola!
- Si fuera como ustedes no sería una catarina, y si conocieras más allá de estas hojas, conocerías a más como yo y no me creerías rara, ni sola.
-Es inútil hablar contigo, eres rara! Ahora seguiré con nuestras actividades normales…
-Así sea pues – dijo la Catarina, y siempre con la mirada en el horizonte voló tan lejos como sus alas le permitieron, y así las demás hormigas arrasaron con esa hoja como con todas las demás.

2 comentarios:

aRwen dijo...

me gusta la idea y la comparación...

Anónimo dijo...

aveces tenemos ojos pero no observamos; oidos pero no escuchamos; estamos en algun lugar y no nos importa, solo hacemos lo que creemos destinado para nosotros. Pero nunca es demasiado tarde para aprender a ir mas allá y tener el valor para lograrlo...